LA COCA EN BOLIVIA – “La coca es a la cocaína, lo que la uva al vino”

La coca es la “hoja sagrada” desde hace muchos siglos. Para entenderla es necesario conocer su composición química, su historia, su ubicación, la legislación que la regula y, sin duda, entender a los pueblos que la consumen. A continuación una breve cronología:

Los restos humanos más antiguos encontrados en Bolivia datan aprox. del año 12000 a. C. Los primeros registros arqueológicos que señalan el uso de la coca por los pobladores andinos datan del año 6000 a. C. y existen restos de coca masticada del año 3000 a. C. Los imperios de Tiwanaku e Inca y, prácticamente, todas las culturas andinas, han dejado evidencias del uso de hojas de coca.

Cuando llegó la conquista española a Bolivia, alrededor del año 1532, en primera instancia, la coca fue prohibida por la Inquisición debido a su uso en “actividades religiosas paganas”. Sin embargo, en 1545 se descubre el Cerro Rico de Potosí, la mina de plata más rica del mundo; y empieza una explotación a gran escala, utilizando mano de obra indígena forzada. Entonces, el Rey Felipe II de España, declara a la hoja de coca como legal y benigna, debido a que su uso aumentaba la productividad de los mineros. A partir de esa fecha, los españoles se hacen cargo de su comercio, extendiéndolo y difundiéndolo como nunca antes en su historia; puesto que durante el Imperio incaico, por ejemplo, la hoja de coca era solamente utilizada por las castas más altas.

En 1975, la Universidad de Harvard presentó un estudio científico de la composición de la hoja de coca. Este estudio, básicamente, dice que las hojas de coca contienen muchos minerales, vitaminas y oligoelementos muy benéficos para el ser humano. También dice que existen 14 alcaloides presentes, de los cuales, la cocaína alcanza alrededor del 0,25 % del total. La hoja de coca es una medicina científicamente comprobada y usada desde hace miles de años para contrarrestar el mal de altura, malestares estomacales, renales y muchos otros por sus propiedades como analgésico, desinflamatorio y anestésico. Por otra parte, no existen estudios concluyentes acerca de sus bondades como suplemento alimenticio, debido a que introduce un supresor del apetito que resulta contraproducente. Un estudio de la Universidad pública del Perú indica que sería literalmente “dañino” introducir hojas de coca en polvo en el desayuno escolar, por ejemplo.

La cocaína pura fue sintetizada de las hojas de coca por primera vez en el año 1859, por el alemán Albert Niemann. Para fines de ese siglo ya estaba bastante extendida en el mundo. Personas, como Sigmund Freud, alababan sus bondades; y líderes de la humanidad, como los presidentes Roosevelt, Kennedy y Hitler recibieron cocaína como tratamiento para afecciones respiratorias. También, aparentemente las hojas de coca eran parte de la fórmula original de la Coca Cola, entre otros muchos usos que se le daban. Sin embargo, en 1950, la Organización de las Naciones Unidos declaró ilegal a la cocaína y a las hojas de coca. Desde entonces, las legislaciones de prácticamente todos los países del mundo las penalizan.

Sin embargo, el Perú declaró, el año 2005, a la coca como Patrimonio Inmaterial de la Nación y Bolivia, el año 2012, logró, por amplia mayoría, que la ONU despenalizara el masticado de la hoja de coca. El año 2013, se realizó el estudio oficial acerca del consumo legal de hoja de coca en Bolivia. Este estudio concluye que 1 de cada 3 bolivianos consumen hojas de coca. El oriente es dónde mayor cantidad de hojas de coca se consume, seguido por los valles y por el altiplano, casi en proporciones iguales.

Solo se cultiva coca en cantidades comerciales en tres países en todo el mundo: Colombia (61 % del total), Perú (27 %) y Bolivia (13 %). Por otro lado, el consumo de cocaína es prácticamente un fenómeno mundial, puesto que se consume cocaína en 131 países. Se estima que solo en Estados Unidos existen 5 millones de consumidores habituales y que hay más de 17 millones de consumidores en todo el mundo. Este inmenso mercado, dispuesto a pagar precios de hasta más de 300 dólares por gramo, como es el caso de Nueva Zelanda, hace que los campesinos pobres y las mafias se vean irresistiblemente tentados a su producción y comercialización. Durante las últimas décadas se ha intensificado la “guerra contra el narcotráfico”, y, como en toda guerra, trajo muchísima violencia a los países productores de hoja de coca. Sin embargo, entre 1994 y 2015, los cultivos de coca se han reducido en apenas un 21 %, según cifras oficiales; y, en prácticamente nada según otras fuentes locales, puesto que también se han ido incrementando los rendimientos por hectárea a casi el doble. Por otro lado, la ONU estima que el comercio mundial de cocaína, prácticamente, se ha estabilizado en los últimos años.

En conclusión, podemos afirmar que las hojas de coca son una excelente medicina para muchas enfermedades. Sin embargo, no existen estudios fiables que validen su conveniencia como suplemento alimenticio. La cocaína está clasificada como una droga recreativa extraída de la coca, cuyos daños a la salud son similares en gravedad a los del alcohol; pero su altísima demanda, que llega a más de 85 000 millones de dólares anuales, ocasiona que su comercio sea prácticamente indetenible, pues la legislación mundial actual, en la práctica, incentiva su producción y comercialización de forma violenta, y sin ninguno de los controles con los que cuenta el alcohol y los cigarrillos. Sin embargo, podemos afirmar que la coca y la cocaína son dos productos diferentes, pues “la coca es a la cocaína, lo que la uva es al vino o lo que la caña es al alcohol”.

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