Bolivia, al igual que todo el planeta, necesita mejorar la calidad y cantidad de la alimentación de sus habitantes, en especial, en el consumo de hortalizas. Es necesario incentivar a que en las escuelas del país se establezcan “Aulas/Invernadero”; es decir, huertos hortícolas que sirvan como aulas de enseñanza a los alumnos, al igual que las aulas de computación o de dibujo. Al hacerlo, formaremos a muchos de los grandes productores ecológicos del futuro. Al mismo tiempo, a través de los alumnos, promocionaremos los huertos familiares que tienen el potencial de mejorar la alimentación de miles de familias en el corto plazo, puesto que la mayoría de las hortalizas se cosechan en menos de tres meses.
También sugerimos que los alumnos escriban un ensayo de una o dos páginas cuando retornen a sus aulas después de haber trabajado en el huerto, desarrollando así sus habilidades de Lecto/Escritura, al escribir sobre experiencias reales, vívidas y con sentido para el estudiante. Debe calificarse: presentación, contenido, ortografía, sintaxis, organización del escrito e impacto. Podemos agregar muchos otros beneficios, como el trabajo en equipo y, sobretodo, la oportunidad de enseñar a recuperar y conservar la “fertilidad de la tierra”, la cual se viene degradando a un ritmo alarmante en todo el planeta, incluido Bolivia (Por ejemplo, Santa Cruz es considerado uno de los 10 lugares con mayor ritmo de deforestación de todo el mundo)…
Para que la educación sea completa, en la medida de las posibilidades, cada Aula/Invernadero debe tener sistemas de ventilación, riego automático, drenaje, sistema eléctrico y muebles de invernadero. El objetivo es enseñar la ciencia y el arte de la producción de hortalizas, el cuidando el medio ambiente y conseguir el mayor valor agregado posible. Para lo cual, se deben utilizar las mejores técnicas disponibles de producción, cosecha, post cosecha, marketing y administración, aprovechando el poder de la tecnología y el de las máquinas.
Una gran ventaja de la horticultura es que prácticamente se la puede realizar en cualquier lugar y a bajo costo; siempre es mejor empezar, aunque sea desde pequeño, para luego ir creciendo, que nunca empezar. Sin embargo, es necesario realizar esfuerzos importantes para conseguir resultados de impacto. Por lo que, con el apoyo de las organizaciones sociales, padres de familia, alumnos, los diferentes niveles de gobierno y de otras instituciones es posible conseguir financiamiento para construir Aulas/Invernadero modernas y con tecnología de punta que otorguen una educación de alta calidad.
De esta manera, todos los estudiantes aprenderán los verdaderos conceptos del trabajo con la tierra de forma ecológica, mientras aprenden a escribir, a trabajar en equipo y a otorgar valor agregado a sus productos; además, así el sistema educativo podrá descubrir a los alumnos que tengan vocación agrícola y prepararlos para que sean los futuros grandes productores del país.
